Clásico indie: The Undertones
The Undertones se formaron en 1975 en Derby (Irlanda del Norte) cuando los hermanos O’Neill deciden que, lo único que realmente les interesa en sus vidas, es estar en una banda de garage. Tras muchas horas de ensayo y algunos conciertos, en 1978 consiguen grabar Teenage kicks, su primer ep totalmente independiente y ajeno a la industría musical y donde aparecía la canción que acabaría siendo todo un himno generacional, Teenage kicks. Terry Hooley, dueño de la tienda de discos situada en Belfast Good Vibrations, editó dicho ep en su pequeño sello del mismo nombre que la tienda, consiguiendo que llegase a las famosas y prestigiosas manos del dj y presentador de radio John Peel, que acabó prendado con la canción hasta el punto que, cuenta la leyenda, Teenage kicks es la única canción que ha sonado dos veces seguidas en su clásico programa realizado para la BBC. El inesperado éxito abre al grupo las puertas de Londres y de las oficinas del sello discográfico Sire Records, el cual, en 1979, publican su primer LP, The Undertones, precedido de varios singles notables como Here comes the summer o Jimmy Jimmy, manteniéndoles en las listas de éxitos durante 14 semanas, todo un logro discográfico en aquellos años. El debut de The Undertones es un compendio de maneras ramonianas y energía quinceañera que presentaba a los chavales de Derry como una promesa de cara al futuro que se cumpliría con un magnífico segundo disco, Hypnotised – grabado tras una gira por Estados Unidos teloneando a The Clash – y en Positive touch, su tercer álbum, grabado en el propio sello del grupo y distribuido por la multinacional EMI, álbum en el que ya se percibe una marcada evolución hacia un pop menos adolescente y de mayor trascendencia. Tras The sin of pride, cuarto disco oficial de su discografía, y a pesar de que la suerte les sonreía moderadamente, The Undertones deciden separarse. Parte de culpa residía en el comportamiento egocéntrico de su cantante Feargal Sharkey, que impedía una amistad y dinámica fluida dentro del propio grupo. Sharkey emprendería una carrera en solitario de escaso éxito cuyo máximo rédito fue el famoso single Never never bajo el nombre de The Assembly, proyecto pasajero a medias con el ex-Depeche Mode Vince Clarke. Por su parte, los hermanos O’Neill formaron That Petrol Emotion, poderosa banda de guitarras que campeó durante la época del C86 facturando discos realmente apetecibles como Manic pop thrill y Babble. Con el paso de los años, y como viene siendo habitual en grupos clásicos indies, se sucedieron las habituales reuniones, conciertos a modo de comeback, grabaciones inéditas… elementos todos ellos fuera de lugar y de escaso interés. Pero, como decimos siempre…esa es otra historia. LA canción: Teenage Kicks (del 7» Teenage Kicks – 1978) EL disco: The Undertones (1979)
clásico indie: Killing Joke
Radicados en Gloucestershire antes de afincarse definitivamente en Notting Hill, Killing Joke se formó en junio de 1979 a instancias de Jaz Coleman (voz) y «Big» Paul Ferguson (batería) y completados, en su primera formación, por Geordie Walker (guitarra) y Martin «Youth» Glover (bajo). Todos ellos dieron vida a uno de los grupos más radicales y potentes del after punk británico de los primeros años 80. Su música es una oleada de pesadillas metálicas, ritmos implacables, voces remotas y celebraciones oscuras. Después de publicar en 1980 su impactante Lp de debut, «Killing Joke», y tras dos discos de indudable calidad – «What’s THIS for…!» (1981) y «Revelations» (1982) – más varios ep’s, la banda se disgregra. Jaz y Geordie marchan a Islandia a colaborar con el grupo Peyr, Youth forma Brilliant, grupo de funk-punk marciano que obtuvo muy buenas críticas de la prensa británica pero que pasó a la historia sin pena ni gloria, y Ferguson desapareció. Reestructurados en 1983 por Jaz y Geordie (columna vertebral del grupo) volvieron a grabar un buen puñado de discos a mediados de los 80, pero ya habían perdido la fuerza, la frescura, la originalidad y el radicalismo de sus primeros años. Aún así, compusieron gemas como »Love Like Blood», posiblemente su mayor éxito comercial, pero ya nada sonaba como al principio, se volvieron mucho más épicos y blandos, desapareciendo el encanto y la magia de antaño. Actualmente, y después de varias idas y venidas, Killing Joke siguen en activo, grabando discos casi de forma anual, pero de escaso interés. Memorable fue su paso por el programa de TV La Edad De Oro, dirigido por Paloma Chamorro. Los que tuvimos la oportunidad de verlos en aquel formato »petit comité» nos sigue poniendo la piel de gallina ante su recuerdo. LA canción: «Requiem» (del Lp «Killing Joke» – 1980) EL disco: Killing Joke (1980)
clásico indie: Magazine
Algunos conocen a Howard Devoto por aquella gloriosa escena del film “24 hours party people” (Michael Winterbottom, 2002) en la que tiene un encuentro íntimo con la esposa del capo de Factory Records, Tony Wilson, y éste los pilla in fraganti. Pero el personaje significó mucho más para la historia de la música pop que ese divertido affair. Howard Devoto fue el cantante de los Buzzcocks en su mítico primer single, “Boredoom”. Su voz y la dinámica sonora que poseía el grupo en aquellos primeros tiempos convirtieron a aquella canción en todo un himno punk. Pero las desavenencias con el otro “cerebro” del grupo, Pete Shelley, fueron suficientes para que abandonase el grupo en 1977 y fundase Magazine, los cuáles desarrollaron una trayectoria artística marcada por dos aspectos paradójicos pero fundamentales en los derroteros del grupo: el genio musical del propio Devoto y la mala suerte comercial. En 1978 debutaban con el single »Shot by both sides», que fue alabado por la revista americana Rolling Stone como mejor single del año, llegando a convertirse, con el paso del tiempo, en uno de los himnos del postpunk por excelencia. Su primer LP, “Real life”, publicado ese mismo año, también fue recibido con entusiasmo por parte de la crítica. Por el contrario, ese mismo sentimiento no se apreció en absoluto en las ventas del disco. “Seconhand daylight”, su segundo disco, a pesar de presentar una evidente evolución con respecto al primero, tampoco obtuvo tan buena acogida. Pero no desistieron en avanzar con el proyecto musical que Devoto tenía entre manos. Tras el verano de 1979, después de realizar una gira por los Estados Unidos y Canadá, el grupo se encerró durante dos meses para componer lo iba a ser su tercer – y, a la postre, el mejor álbum de su discografía – »The correct use of soap», un disco repleto de grandes canciones, excelentes instrumentaciones y una dinámica producción a cargo del genio artístico de Martin Hannett. El cuarto LP, “Play”, sería un disco grabado durante su gira australiana en 1980 y representa un documento fiel y expresivo de la maravillosa música del grupo. Pero, tras las mieles, llegaron las hieles cuando el guitarra John McGeoch decidió dejar la banda para ingresar en los Banshees de Siouxsie Sioux, dejando el puesto temporalmente al guitarra de Ultravox, Robin Simon, quien a su vez dejó su lugar a Ben Mandelson, viejo amigo de Devoto. Con Mandelson en formación grabarían su último disco, “Magic, murder and the weather”, que aparecería en el mercado después de que, en 1981, Howard Devoto abandonase definitivamente su tan querido proyecto. Devoto, ya en solitario, grabaría en 1983 el excelente LP “Jerky versions of the dream” que contenía la canción “Rainy season”, auténtica joya musical de la época, para luego formar en 1986 el grupo Luxuria junto al multinstrumentista Norman “Noko” Fisher-Jones. Uno se cuestiona por qué Howard Devoto decidió finiquitar Magazine. ¿Falta de éxito? ¿Simple aburrimiento de un formato que ya no daba para más? ¿Oportunidad de probar cosas nuevas? Algo de razón hay en estos tres interrogantes. Pero hay un hecho reseñable que destaca por encima de los interrogantes anteriores: Magazine desapareció antes de que su sonido y sus ideas envejecieran. Como se suele decir, el movimiento se demuestra andando. Y podría ser que Devoto fuera un corredor de fondo. En el 2011, decide reunir parte de la banda y edita “No thyself”. Pero eso, tristemente, fue otra historia… LA canción: «Shot by both sides» (del 7» / single «Shot by both sides» – 1978) EL disco: «The correct use of soap» (1980)
clásico indie: James Chance & The Contortions
James Chance es hablar de la esencia de la “no wave”, movimiento cultural y musical surgido en Nueva York a finales de los años 70 y que puso sobre el tapete cartas vanguardistas y arriesgadas en un momento de total crisis mundial. James Siegfried, también conocido como James Chance o James White, era un saxofonista procedente del mid-west que, a su llegada a Nueva York en 1976, empieza a instaurar las bases de lo que luego sería conocido como “punk-funk”. En 1977 entra en las filas de Teenege Jesus & The Jerks junto a Lydia Lunch, con los que aparece, también junto a The Contortions, en el álbum “No New York”, recopilatorio de culto producido por Brian Eno donde albergaba lo más granado e impactante del underground neoyorkino. Al año siguiente, James forma los Contortions originales, con los que, en 1979, graban “Buy“, donde asientan las bases de su sonido, un magma sonoro de jazz, funk y punk presentado de forma vanguardista. A los pocos meses, rebautiza el nombre de la banda por el de James White & The Blacks y graban el single ‘’Contort Yourself’’ convirtiéndose, a la primera escucha, en uno de los primeros clásicos del sonido disco vanguardista neoyorquino. En 1980, también como The Blacks, aunque con la deserción de la guitarrista y teclista Adele Bertei, James graba el excelente ‘’Off-White’’ en el que abandona un poco su anterior radicalismo free para edificar canciones sobre bases y ritmos más convencionales. La deserción de Adele fue el comienzo del fin para los Contortions / Black. Tras ella, el batería Don Christensen y el guitarrista Jody Harry forman The Raybeats. George Scott, bajista de la banda, se marcha con los 8 Eyed Spy de Lydia Lunch para, poco después, fallecer por sobredosis y Pat Place, segundo guitarrista, funda Bush Tetras. Ante tales circunstancias, James Chance se ve obligado a trabajar con músicos de estudio y, entre 1980 y 1981, graba algunos temas en directo para, ya en 1982, grabar un álbum en solitario, “Sax Maniac”. Desde entonces, este inquieto y paranoico saxofonista ha seguido publicando con cierta regularidad, ya sean ep’s o recopilatorios con material inédito donde se recuerda su música, una histérica, monorítmica y repetitiva deformación de influencias que van desde James Brown hasta Ornette Coleman, pasando por los musicales de Broadway, Anthony Braxton y el free-rock de los 70. LA canción: «Contort yourself» (del 12» de James White & The Blacks «Contort yourself / (Tropical) heatwave» – 1979) EL disco: «Buy» (como James Chance & The Contortions – 1979)
clásico indie: The Monochrome Set
Formados en Londres por Bid, descendiente directo de un príncipe hindú, The Monochrome Set se ha mantenido, desde su formación en 1978, al margen de la industria y el mainstream al uso, grabando para sellos independientes de alta alcurnia, primero para Rough Trade y, posteriormente, Cherry Red y Él Records, subsello de Cherry Red centrado en soft pop. Su discografía está cimentada en un pop personal y atractivo que tanto sonaba a la más inspirada psicodelia como intentaba poner al día el sonido beat londinense. Por momentos, incluso, pueden parecer unos precursores de lo que, en años posteriores, se dio en llamar el “movimiento C86”, llegándose a considerar a Bid y compañía como unos “visionarios del indie”. Nunca llegaron a tener la repercusión que se merecían pero, aun así, siguieron facturando entretenidos discos que combinaban fragmentos de un pop festivo y lúdico con artefactos excéntricos y experimentales de alto calibre, convirtiéndose en uno de los grupos favoritos del gurú de las ondas y “padrino del indie”, el periodista radiofónico John Peel. LA canción: «He’s Frank» (del 7» «He’s Frank / Alphaville» – 1979) EL disco: «Strange boutique» (1980)
Clásico indie: Rocketship
Allá por el año 1994, mi banda favorita era Stereolab. Intentaba conseguir cualquier artefacto sonoro que tuviese relación con la banda de Tim Gane y Laetitia Sadier. Un día, llegó a mis manos un recopilatorio del sello Slumberland titulado »Why Popstars Can’t Dance» que contenía el single de Stereolab »John Cage Bubblegum». De todo el recopilatorio sólo conocía a Stereolab y a Boyracer, un desconocido grupo inglés ya separado, así que comencé a escucharlo detenidamente. Y ocurrió algo increíble. Cuando comenzó la quinta canción parecía que el tiempo se hubiera parado y mi cuerpo comenzara a flotar por el salón de casa. Aquella deliciosa maravilla sonora se llamaba »Your new boyfriend». El siguiente tema, menos pop pero mucho más hipnótico, era también buenísimo, »Like a dream». En aquel momento, me sentía como un buscador de oro en el lejano Oeste que había dado con filón gigantesco. Estas canciones pertenecían a un grupo del que nunca había oído hablar, Rocketship. La banda era el proyecto musical de un muchacho de Sacramento, California, llamado Dustin Reske que, desde sus comienzos en 1993 hasta 1998, se hacía acompañar por Verna Brock, Jim Rivas y Heidi Barney, lo que hacía que realmente pareciesen un grupo en toda regla. Al principio, en mi búsqueda de los tesoros dorados de Rocketship, las pepitas de oro se hacían esperar. Pero cuando aparecían eran realmente increíbles. Aquel tesoro consistía en tres singles y dos splits compartidos (todos en vinilo) más su perfecto y delicioso LP de debut, »A certain smile, a certain sadness», ocho píldoras de exquisito pop ácido, como aquellos caramelos tan excitantes de los ochenta, los Selz, que llevaban en su interior polvitos ácidos tan excitantes. En 1998 la cosa cambió de tercio, Dustin se quedó solo y publicó un nuevo disco, “Garden of delights”, y, aunque el atractivo permanecía, el concepto era muy distinto. Las canciones mantenían sus cortinas de sonido flotante, pero el pop había dejado paso a la electrónica y el ambient, recordando más a la música de Isan que aquel grupo que mezclaba el shoegazer con el jangle y lo aderezaba con unos teclados alucinógenos extraterrestres, como si The Pastels y Heavenly grabasen sus canciones junto a Neu!. La única lástima es lo escasa que ha resultado su discografía, si bien su primera etapa pop no tiene ningún desperdicio. Actualmente, Dustin sigue componiendo y, aunque parece que quiere volver al pop de sus inicios, el resultado es una suerte irregular de tecnopop con aires a New Order. Da la sensación de que la inspiración le ha abandonado. Por ahora… LA canción: «Hey hey girl» EL disco: «A certain smile, a certain sadness»
Clásico indie: The Feelies
Minimalismo pop. Grupo maldito. Aviadores de la guitarra eléctrica. Rock naïf. Todas estas etiquetas sirven y no sirven para retratar a The Feelies, grupo de New Jersey, que siguiendo las enseñanzas de The Velvet Undergroud y de los The Modern Lovers de Jonathan Richman, saltaron el Atlántico para intentar comerse el mundo en el Londres bullicioso de principios de los ochenta. Su primer LP, «Crazy rhythms», a pesar de ser una obra maestra absoluta, no obtuvo la acogida que se merecía. Y los chicos volvieron al New Jersey suburbial que les vio crecer y condimentar su música. Siguieron actuando esporádicamente en los clubs de New York, causando estragos entre sus seguidores y estilizando todavía más su sonido en intenciones para ir desvaneciéndose poco a poco. A lo largo de la década de los ochenta, su carrera se tornó irregular, editando discos que, sin alcanzar las cotas de genialidad de su debut, seguían siendo enormes álbumes repletos de grandes canciones. Tras un periodo de stand by, en 2011 publicaron el que es, hasta ahora, su último disco, el delicioso «Here before». La suerte nunca estuvo de su lado. Pero el talento siempre está de su parte. LA canción: «Crazy rhythms» (del lp «Crazy rhythms» – 1980) EL disco: «Crazy rhythms» (1980)
Clásico indie: Felt
Felt siempre fueron el prototipo perfecto de banda maldita. Un grupo tímido y preciosista que trataba las guitarras eléctricas con respeto y un especial estilo, construyendo temas pop disfrazados de atmosféricos pasajes sonoros. Todo aquel que sienta atraído por bandas como The Durutti Column, disfrutará de la placidez y talento con que Lawrence Hayward y compañía hacían su música. Altamente recomendable para noctámbulos y espíritus solitarios. LA canción: «Penelope tree» (del 7» «Penelope tree» – 1983) EL disco: «The splendour of fear» (1984)