Nueva inmersión en el baúl de los recuerdos melómanos gatunos para un nuevo dossier minino, ¡llega la indietronica con Morr Music!

Realicemos ejercicio de retrospecter para encontrarnos a nuestro minino en plena fase esponja, absorbiendo cantidad ingente de música para perfilar su ya clásica personalidad ruidosa y melódica, cuando se encuentra con una serie de grupos que le sorprenden sobre manera y que contienen un elemento en común: unos ribetes de electrónica casi minimalista pero dentro de una estructura pop.

A su vez, constata dos hechos importantes. Que todos esos grupos editan bajo un mismo sello y que éste se encuentra en Berlín. ¡Viva Deutschland y Morr Music! maulló nuestro gato.

Ese descubrimiento fue primordial a la hora de esculpir la melomanía gatuna de nuestra santa gatera, ya que hizo ver en el gato – y, en extensión, a toda la redacción – que la filosofía gatuna tenía que contener esos juegos sónicos electrónicos producidos en dormitorios con alma eminemente pop pero mirando de frente a las aristas que la experimentación electrónica podría ofrecer.

Y esa máxima musical la representaba a la perfección Morr Music, cuya cabeza pensante, Thomas Morr – con la ayuda de su amigo y diseñador Jan Kruse -, facilitaron que el mundo disfrutara de una serie de obras capitales de un género que eclosionó durante los noventa, la indietronica, el nombre por el cual encerraba ese binomio de humanidad y electrónica, sonido pop y abstracción digital, una entente musical con el que disfrutamos desde la primer escucha de su especial sonido.

Isan, Lali Puna, Ms. John Soda, Phonem, F.S. Blumm, The Notwist, Múm, Herrmann & Kleine,… artistas y proyectos que supieron darle una vuelta de tuerca al indie ya sea experimentando formas musicales o jugando con sonidos trotones.

Así, nuestro minino, ni corto ni perezoso, ha confeccionado una mixtape seleccionando canciones de discos de aquella época, desde discos de distintos artistas del sello hasta las magnas obras dentro de la discográfica como el tributo magistral Blue skied and’clear (a tribute to Slowdive) (Morr Music, 2002) y Putting the Morr back in Morrissey (Morr Music, 2000), obra imprescindible si se quiere bucear deeply en las maravillas del sello berlinés.

¡Mueve tu esqueletoide pop de forma robótica con otro pedazo de historia del indie con filosofía gatuna!