Arista Fiera: «Simetría par»
Los comienzos son difíciles, arduos incluso. Los primeros pasos, aun dejando huellas titubeantes, tienen que contener al menos una firmeza de cara a coger buen ritmo y andar al tiempo con paso firme. En el terreno de la música, el significado es el mismo. Por ello, desde Miau! Miau! nos gustan los comienzos, porque es justo donde se puede demostrar la valía de un grupo, la primera toma de contacto con el oyente. Somos conscientes del titubeo pero aplaudimos el movimiento hacia delante. Y eso se nota en el debut de Arista Fiera. Los malagueños editan Simetría par a modo de tarjeta de presentación y celebración del buen hacer y factura de sus canciones, todo un vestuario de preciosos vestidos de noisepop de tintes shoegazer con un carácter luminoso y positivo, punto a su favor cuando, lo normal en estas lides ruidosas, la melancolía es la razón de ser de este tipo de composiciones. El arranque no puede ser más “on fire”, Castelao entra con todo el mérito entre el podio de las mejores canciones de este año con su crescendo intenso acompañado de la voz de Isabel (voz y sintes) armada con un estribillo circular de los que se quedan un buen tiempo en la cabeza. Pero ahí no queda todo, canciones como Jardín, pt.1 (nota para melómanos: participa Banin Planetas), Gastan tiempo y Simetría par – crescendo perfecto para desfogue en las distancias cortas del directo – se convierten en pruebas irrefutables de las buenas hechuras del disco – producción de Carlos Díaz (Producciones Peligrosas) mediante – gracias a la conjugación de ruido, pedales y melodías circulares para embelese del oyente. Tras varias escuchas de este debut, solo se puede agradecer y disfrutar de la luz y efusividad sonora que desprenden estas aristas, un precioso eco ruidoso que, como reza en un verso de Faro, última canción del disco, “siempre sueño que esto va mucho más allá”. Nosotros pensamos que su trayectoria irá más allá gracias a las firmes pisadas de sus canciones. Canción Miau! Miau!: «Castelao» Simetría par by Arista Fiera
Ghost Transmission: «Echoes»
Vaya por delante una verdad tan grande como la cueva de Batman. En la redacción de Miau! Miau! Music Magazine nos encanta el ruido. El buen ruido, se entiende. Así que, por extensión, todo lo que surja de ahí, bienvenido sea para nuestros oídos. Con esta confesión a modo de filosofía de vida podemos comenzar a reseñar el segundo disco de Ghost Transmission, Echoes, afirmando que el grupo se aleja de los parámetros analógicos de su debut – Apparitions (2014) – para abrazar el sinte y el loop, dejándose querer en unas canciones que ganan grandeza y melodía a cada escucha. A estas alturas de la película no vamos a descubrir que el adn del grupo se encuentra en The Jesus and Mary Chain, The Raveonettes y, por ende, el muro de sonido sesentero de Phil Spector, pero lo que parece como un banquete de referencias musicales es, en realidad, una lección de cómo asimilar y ofrecer al oyente algo con entidad propia. Hit the road o Curse and shoot son caramelos melancólicos de dulce voz y guitarra sucia que atrapan a la primera escucha, I’ll kill your mark es cuero sónico, oscuro y pasional, mientras que If you take your pride (and decide to leave) parece una retorcida versión de Roy Orbison en manos de los hermanos Reid. Aunque no todo es rencor y oscuridad dentro de este disco. Lustful and ebony eyes aparece como la love story que quisiéramos cantar pero quedamos en silencio porque él / ella no está a nuestro lado, dando lugar a una muestra de esencia de la melancolía y la belleza en menos de cuatro minutos. Todas estas cápsulas ruidosas rodean a Echoes of you, canción estrella del disco, donde el shoegazer entra en liza con la identidad del grupo y acaba en buen puerto. En el fondo, Echoes puede sonar a película visionada con anterioridad, pero lo que narra gusta y se disfruta. Canción Miau! Miau!: «Echoes of you» ECHOES by Ghost Transmission
Apartamentos Acapulco: «Nuevos testamentos»
Reconocemos que había hambre – en verdad, mucha hambre – por echarnos a la boca este disco. Ya lo veíamos desde sus ep’s, Apartamentos Acapulco era cosa seria y bien hecha. Así que, el debut en formato larga duración había que tomarlo con relativa distancia y cierta suspicacia – nuestro gato es enemigo de los hypes – ante el alto listón que habíamos colocado nosotros mismos tras lo escuchado en los correspondientes singles de adelanto Juan sin miedo y Qué quieres de mí. Pero el listón, la suspicacia y la distancia se marchan a Sebastopol ante las canciones de este Nuevos Testamentos, disco que – mejor decirlo ya y nos dejamos de zarandajas – va a estar entre los mejores discos de la cosecha indie nacional de este año. El grupo granadino ya no es promesa ni de un día, ni de un disco. Apartamentos Acapulco es un hecho consumado que toca la fibra a todo aquel que siente apego por las historias sentimentales cercanas y vividas, a todos los que sentimos la piel «de vellopunta« cuando alguien narra una historia la cual hemos vivido una vez. O más de una, ya que somos seres humanos amigos de las piedras del camino. Dejando de lado temas ya conocidos pero «rediseñados« para la ocasión como Bing bong o El almendro (nuestro motor), las nuevas canciones siguen el dictamen del grupo en cuanto a sonido y lírica. Bájate a la fuente (Canción de Sergio), La langosta o Posible final – canción inédita incluida en su edición en cd – transitan entre el pop de espacios siderales y noisepop de años pretéritos aderezado con la dinámica de unos, pongamos por ejemplo, Galaxie 500 disfrazados de astronautas. Llegados al cómputo final tras varias escuchas, se puede decir que estos mandamientos de noise y shoegazer pop son el perfecto paso hacia delante y evolucionado de un grupo que, jugando con su cancionero, de “posible final” tiene poco. Más bien, admirable y precioso comienzo. Canción Miau! Miau!: “Scarlett” Scarlett by Apartamentos Acapulco
The Myrrors: «Arena negra»
En el desierto, el sol siempre es el rey. Gobierna, ilumina y hace arder su reino, haciendo que el aire sea asfixiante, casi irrespirable. Es ahí donde el movimiento no existe, provocando que el tiempo se arrastre de forma lenta. Con esas condiciones, es muy posible que el caminante, en esos territorios, experimente alucinaciones, imágenes inconexas y sin sentido que pueden ser mensajes del astro rey, un diablo de luz que provoca deseo de oscuridad. Si se experimentan esas imágenes, lo mejor es que vayan acompañadas de la música de The Myrrors, banda originaria de Arizona de gran bagaje musical cuyo último álbum, “Arena negra”, alberga un sonido, profundo, oscuro y espeso, que provoca enganche desde el primer minuto. Sus composiciones viajan desde la psicodelia sesentera hasta un garage rock armonioso que no olvida el poso stoner, destacando el alucinógeno arranque del disco con la canción “Arena negra” y el chamanismo de “Juanito Laguna duerme con los grillos”. Mención aparte se encuentran el free jazz, entre el desierto y el espacio “a lo Spiritualized”, de “Dome house music” y el periplo musical vivido en tres partes llamado de “The forward path”, donde el crescendo, hipnótico y psicodélico, está asegurado. Si quieres experimentar el lugar más profundo del sol y sentir que tus pensamientos cobran vida, “Arena negra” es la música que te ayudará en el viaje. Arena Negra by The Myrrors
Cuarteles de Invierno: «Cuarteles de invierno»
Cuando un grupo de música escoge su nombre para darse a conocer es, quizás, uno de los momentos más importantes dentro de la vida de una banda. Tienes que definirte en una palabra, una frase o una expresión. Tu nombre te define. En el caso de los argentinos Cuarteles de invierno, su nombre define un lugar propio para disfrutar su música y donde, sospecho yo, también fue compuesta. Las canciones de «Cuarteles de Invierno» se disfrutan en un sitio apartado de este mundo, una habitación de techos altos o una casa en una playa, alejado de todo, donde el aislamiento y los recuerdos son gasolina para los sentimientos y los reproches se cocinan a fuego lento. Porque su música es casi un estado de animo. Un manto de shoegazer planeador con unas guitarras y teclados lánguidos y melodramáticos con ecos del «Disintegration» de The Cure que aportan cierta calidez a unas letras compuestas casi desde el abismo del fin de una relación. Temas como «Constitución» («No construyas tu ciudad / al lado de un volcán / Sé que te tentás / en verlo en explotar») o «Mijáil» («Tengo miedo de oír / las cosas que jamás / quise escuchar») son pruebas más que refutables de la poética del grupo. De esta manera, Cuarteles de Invierno construyen un sólido debut con canciones que funcionan como iceberg musical donde el frío puede arder. Puedes escuchar el disco aquí: Cuarteles de invierno by Cuarteles de Invierno
La Maniobra de Q: “El daño está hecho”
Una de las grandezas del pop es la capacidad que tienen las buenas canciones de identificarnos con ellas. Llegamos a veces a un punto en el que, mientras las escuchamos, acabamos pensando: «Cómo se habrán enterado de lo que me pasó en aquella ocasión?». Esa capacidad de identidad sonora con nuestras vivencias lo llevan a la maestría grupos como Los Planetas, Sr. Chinarro o Mercromina, por mencionar tres grupos del indie nacional con esa cualidad. Y, a partir de ahora, también podemos decir que La Maniobra de Q también se encuentra entre esos grupos. «El daño está hecho», primer LP del grupo, reúne cápsulas sonoras tan cercanas y certeras hacia nosotros que no podemos más que caer rendidos y disfrutar con este disco, toda una experiencia sonora a modo de tratado musical sobre amores cotidianos, relaciones tóxicas y reproches postsentimentales orquestadas bajo chispazos de noise pop lleno de rabia y melancolía vital y condimentadas con ambientes del mejor shoegazer de los noventa. Canciones como «La tormenta», «La muerte blanca» o «Una casa en Portugal» provocan que sintamos que el universo de Jota Planetas esté cerca nuestra mientras que «Jugar con fuego» y «Nadie que te salve» funcionan como singles potenciales con estribillos coreables que se nos quedan grabados en la memoria. «El daño está hecho» certifica el potencial y la madurez de un grupo que, desde la primera escucha, se convierte en uno de los debuts más redondos del año. Puedes escuchar el disco aquí: EL DAÑO ESTÁ HECHO, Lp «2015» by La Maniobra de Q